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Terminó la Feria Internacional del Libro en Monterrey, fue una gran experiencia para todo el equipo de Opinión 51. Estuve a ratos en el stand que colocamos en el área de medios, platiqué con muchas personas, algunas ya suscritas a Opinión 51 y otras ubicándonos. Se abrió la conversación, platicamos de todo, compartimos puntos de vista pero hubo una visita que me marcó más, la de Constanza y su mamá.

Constanza tiene 21 años y está estudiando una carrera enfocada en energía, platicamos de Rosanety Barrios, una de nuestras columnistas, experta en energía y preocupada por el calentamiento global. Conversamos varios ángulos del mismo tema y me dijo que en el corto plazo quería estar cerca de la política para impulsar políticas públicas que mejoren el estado de las energías renovables.

Mientras la escuchaba, me pasó López Obrador por la cabeza, también los combustibles fósiles y todo el retroceso en materia que llevamos en este sexenio… Sí, te necesitamos Constanza –pensé– porque necesitamos que México recupere el tiempo, vaya al futuro con las energías renovables y que las políticas públicas que logres impulsar, cambien el rumbo energético del país.

Pero después pensé, ¿en serio la política es un buen ambiente para Constanza? Es un ambiente nocivo. Las buenas intenciones de López Obrador no han bastado para romper con algo que se ha convertido en sistemático, comenzando por la corrupción y la impunidad.

Seguíamos platicando y mi razonamiento iba en paralelo… ¿Cuál es el mejor lugar para Constanza? 21 años. Qué esperanza que fuera en la política, pero le tengo poca fe al futuro por el ambiente. ¿En el extranjero y/o en la industria privada? Tal vez, quizá desde ahí logre hacer más por el país, por el mundo.

No lo sé, al tiempo, es una moneda al aire. Después me quedé pensando en toda la juventud, en todos las personas que están en sus veintes y que les toca tomar decisiones a futuro. Un futuro totalmente incierto y lleno de incertidumbre, visto desde mis treintas. No sé cómo se verá desde los sesentas de mi mamá. ¿La esperanza sigue siendo la misma? Me llené de preguntas más que de respuestas.

Casi hasta el final de la plática, su mamá la acusó, que tenía un desastre en su sillón (la verdad es que yo también lo tuve en algún momento cuando vivía en casa de mi mamá y me estresaba verlo así pero también me daba una infinita flojera arreglarlo) pero lo único que hice fue platicarle una historia que había leído en algún medio, sobre la crisis de una pareja y cómo el orden había impactado positivamente en esa relación y que después de haberlo leído, platiqué con Fernando y quedamos en que la casa podrá tener cierto nivel de desorden por el día a día, pero el comedor, siempre debe estar limpio, porque es lo primero que vemos cuando cruzamos la puerta al llegar a casa y eso da cierta sensación de paz.

Constanza arregló su sillón y me envió una foto por Instagram. Me hizo el día.

Cierro con el sillón, porque fue la historia que me regresó al aquí y al ahora, ya me había ido varios futuros adelante pensando en las distintas Constanzas que transitarán por los cambios de la vida. Hoy tiene 21 años, es normal tener el sillón desordenado y un caos en las decisiones.

Constanza: no te vayas a la política. Hay muchos otros ángulos desde donde puedes aportar y hacer grandes cambios. No me meteré a discutir si la política es buena o mala, simplemente mi intuición me dice que no es para ti, porque tú tienes un alma mucho más grande y guerrera para volar más alto. Al final es tu decisión.

Al tiempo.

@laleguis

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