Por Susana Moscatel

Voy a sincerarme. Mi última sesión de terapia tuvo todo que ver con el hecho de que odio perder tanto tiempo viendo cosas horribles en redes sociales. Odio hacerlo y odio ese impulso que me hace hacerlo. No soy nueva en esto. Sé de comportamientos compulsivos, sé cómo funcionan los algoritmos y sobre todo sé que mi tiempo es infinitamente más valioso que el que pierdo viendo memes, asaltos, gente reaccionando a las publicaciones de otra gente y lo que se cruce por mi camino en la pantalla del celular.

Profesionalmente he pasado días enteros tomando cursos y peleando contra el concepto de que está bien manipular titulares y programación digital para que más gente nos lea. Mal periodismo. Buen negocio. ¿Qué demonios estamos haciendo? Y con esos y muchos más cuestionamientos, además de un sentir de catástrofe inminente busque ayuda para entender que me tiene tan mal. ¡Qué nos tiene tan mal a tantos!

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.