Por Thelma Elena Pérez Álvarez

La Cumbre de Acción sobre Inteligencia Artificial (IA) se llevó a cabo los días 10 y 11 de febrero en París. El evento, copresidido por Francia e India, se anunció como “Un despertar europeo” y dio continuidad a pactos establecidos en los encuentros de Bletchley Park (2023) y Seúl (2024). Asistieron jefes de Estado y de Gobierno, dirigentes de empresas tecnológicas, organizaciones internacionales, académicos e investigadores, organizaciones no gubernamentales, etcétera.
El resultado de la cumbre es la Declaración sobre Inteligencia Artificial Inclusiva y Sostenible para las Personas y el Planeta, firmada por 61 Estados, la cual establece los siguientes seis puntos:
• Promover la accesibilidad de la IA para reducir las brechas digitales.
• Garantizar que la IA sea abierta, inclusiva, transparente, ética, segura y confiable, teniendo en cuenta marcos internacionales inclusivos.
• Lograr que la innovación en IA prospere, facilitando las condiciones para su desarrollo y evitando la concentración del mercado.
• Fomentar la implementación de una IA que contribuya positivamente al futuro del trabajo y brinde oportunidades de crecimiento sostenible.
• Lograr que la IA sea sostenible para las personas y el planeta.
• Reforzar la cooperación internacional para promover la coordinación en la gobernanza internacional.
Algunas de las empresas tecnológicas globales que participaron son Meta, Google DeepMind, IBM, Discord, OpenAI y Roblox. Destacaron anuncios sobre la creación de un observatorio para evaluar el impacto energético de la inteligencia artificial, dirigido por la Agencia Internacional de Energía (OCDE) y el proyecto sin fines de lucro Robust Open Online Safety Tools (ROOST) de OpenAI, Google, Roblox y Discord, enfocado en la seguridad infantil que ofrecerá herramientas gratuitas con patrocinio de organizaciones filantrópicas.
La cumbre exhibió parte de la guerra tecnológica entre representantes de Estado, de gobiernos y empresas tecnológicas globales por posicionarse como líderes en inteligencia artificial y la vulnerabilidad de la ciudadanía global ante las acciones y omisiones de estos representantes para garantizar y respetar derechos fundamentales en la era digital.
Los anfitriones Emmanuel Macron y Narendra Modi presentaron “Campeones de IA”, marco regulador que privilegia la innovación frente a los riesgos. Mientras, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunció un plan de inversión masiva de 200.000 millonesde euros y anunció a Europa como el tercer polo en la materia, por debajo de Estados Unidos y China.
Janes Vence, vicepresidente estadounidense, remarcó el liderazgo de su país en IA, situación que continuará en la administración Trump. Zhang Guoqing, viceprimer ministro de China, expresó apertura para la cooperación intergubernamental, destacando la seguridad global y el intercambio de logros en la materia.
Se evidenció también que los representantes estatales y gubernamentales evitaron tratar asuntos nodales relacionados con la ética y la confianza, como los riesgos de la IA, situación que genera preocupación ante el desfase existente entre la capacidad de acciones gubernamentales y las advertencias de expertos.
Por ejemplo, expertos críticos sobre la cumbre consideran que los acuerdos logrados son insuficientes para respondera un desarrollo seguro y sostenible de tecnologías deinteligencia artificial.
Dario Amodei, CEO de Anthropic, declaró que la cumbre “fue una oportunidad perdida”, porque el avance de la IA presenta desafíos globales urgentes que requieren acciones claras y rápidas. Nick Moës, director ejecutivo de The Future Society, acentuó la necesidad de “ver esfuerzos internacionales más fuertes” para la protección ciudadana ante riesgos sistémicos y daños generados por la IA.
Por su parte, Amnistía Internacional remarcó que la utilización de tecnologías de IA presenta importantes desafíos, entre ellos, que los gobiernos consigan imponerse ante los intereses de las grandes empresas tecnológicas transnacionales y la obligación de los Estados para abordar e informar sobre las graves consecuencias a los derechos humanos en la operación de estas tecnologías, como los sistemas autónomos de armas, el reconocimiento facial utilizado para la vigilancia masiva, el uso de algoritmos de puntuación de riesgos en contextos de migración y en la distribución de prestaciones sociales, entre otros.
La misma organización advierte sobre la urgencia de revisar el papel de las grandes empresas tecnológicas en el debilitamiento de la democracia a partir de la actividad de algoritmos predictivos en combinación con el reciente retroceso global de libertades civiles, situación que amenaza con permitir que las empresas tecnológicas operen sin normas ni directrices.
Sobre lo anterior, es importante mencionar dos significativas ausencias en la cumbre: Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek, competencia directa del modelo de IA creado por Silicon Valley, y Elon Musk, el hombre más rico del mundo, principal representante del techno feudalismo y actual encargado del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la administración de Donald Trump.
También, que los representantes de Estados Unidos y Reino Unido no firmaron la declaración. El primero argumentó: “Una regulación excesiva podría frenar el sector en pleno crecimiento”, y el segundo, manifestó la inexistencia de claridad práctica sobre la gobernanza global, ni “se abordan las cuestiones más difíciles relacionadas con seguridad y desafíos de la IA en este ámbito”.
La próxima cumbre será en India; mientras tanto, veremos quién manda en la guerra tecnológica por el liderazgo de la IA y qué pasa con la democracia, la garantía y el respeto de los derechos fundamentales de la ciudadanía global en la era digital.
*Docente en comunicación digital, publicidad y marketing en universidades de España y México. Trabaja activamente para que el Estado mexicano garantice el derecho humano a la alfabetización mediática e informacional.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

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