Por Thelma Elena Pérez Álvarez
El 5 de noviembre, los congresos federal y capitalino aprobaron el paquete de reformas constitucionales que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó y firmó el pasado 3 de octubre para garantizar la igualdad sustantiva, argumentando: “Como primera presidenta de México nuestra obligación es proteger a las mujeres”.
Las reformas tienen el objetivo de proteger y ampliar los derechos de las mujeres en materia de igualdad sustantiva, perspectiva de género y el derecho a una vida libre de violencia e implican la modificación de siete leyes secundarias, entre ellas, la Ley General para la Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres, la Ley Federal del Trabajo, la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
El artículo 4o incorpora el derecho a la igualdad sustantiva, descrita por Sheinbaum Pardo, como: “todas las leyes y todas las disposiciones en nuestro país tienen que considerar las particularidades de las mujeres y sus derechos humanos”.
Los artículos 21, 73, fracción XXI y el artículo 116 disponen que las instituciones de seguridad y procuración de justicia de los estados ajustarán sus actuaciones a la perspectiva de género e implementarán acciones focalizadas, como deberes reforzados y áreas especializadas en fiscalías para atender necesidades concretas y delitos por razón de género.
El artículo 41 establece la obligatoriedad de la paridad de género en la Administración Pública Federal y el artículo 123 estipula que no haya brecha salarial entre mujeres y hombres.
Cuando la mandataria presentó las reformas estuvo acompañada por la titular de la Secretaría de las Mujeres, Citlalli Hernández Mora, quien mencionó: “Esta es una serie de reformas que para nosotros es un Sistema de Protección para las Mujeres en derechos y acceso a la justicia”.
Es importante no perder de vista que la viabilidad del “Sistema de Protección para las Mujeres” enfrenta importantes desafíos operativos, si tomamos en cuenta la interconexión de tres dimensiones necesarias de valorar para alcanzar la igualdad sustantiva: subsanar la histórica desventaja económica de las mujeres, abordar estereotipos, estigmas y violencias, fortalecer el poder de acción y la participación de las mujeres.
De manera que, el primer desafío radica en la continuidad de la Cuarta Transformación, si consideramos cifras del gobierno anterior relacionadas con el impacto de las tres dimensiones antes mencionadas en niñas, adolescentes y mujeres:
-De diciembre de 2018 a septiembre de 2024, desaparecieron once mil 190 mujeres, según documentación de Cimacnoticias al 16 de octubre de 2024.
-Durante el sexenio de AMLO, 20 mil 938 mujeres fueron asesinadas, de las cuales 5 mil 227 se clasificaron como feminicidios, según el SESNSP con datos al 27 de septiembre de 2024.
-7 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia. Con mayor prevalencia la violencia psicológica (51.6 %), seguida de la violencia sexual (49.7 %) y la violencia física (34.7 %), según el INEGI en 2021.
-La mayoría de personas desaparecidas en México de 0 a 17 años en 2023 son mujeres y niñas, de acuerdo con Segob.
Otros desafíos igualmente sustanciales consisten en el rediseño del poder judicial, para ¿ahora sí?, controlar la corrupción e impunidad. También, la conformación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 para, ¿ahora sí?, llevar a cabo una redistribución equitativa que agilice la prevención, la atención y la sanción de las violencias machistas de manera no selectiva. También, la separación, ¿ahora sí?, del poder económico —incluidas economías ilícitas— del poder político.
En función del contexto anterior, un desafío fundamental radica en debilitar, ¿ahora sí?, al sistema patriarcal neoliberal que “el gobierno más feminista de la historia” no debilitó, pues, tanto este gobierno como el anterior, saben que para reducir la brecha salarial entre mujeres y hombres, erradicar las violencias machistas, ampliar los derechos y el acceso a la justicia para las mujeres es necesario, parafraseando a Rita Segato, de-sig-ni-fi-car el cuerpo de las mujeres como el lugar donde la cosificación, la apropiación y la predación sobre la vida se lleva a cabo.
Por el bien de niñas, adolescentes y mujeres, estas reformas y las que el actual gobierno continuará aprobando, en función de su mayoría en el Congreso, requieren tocar nuestras vidas y frenar la crueldad que experimentamos las mujeres.
El próximo 25 de noviembre, se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció que el 15 del mismo mes presentará el presupuesto 2025; estamos atentas a que en él plasme, al menos, la urgente congruencia redistributiva, en sentido amplio, para que la igualdad sustantiva a la que aspira sea, ¿ahora sí?, una realidad.
*Thelma Elena Pérez Álvarez es docente en comunicación digital, publicidad y marketing en universidades de España y México. Trabaja activamente para que el Estado mexicano garantice el derecho humano a la alfabetización mediática e informacional.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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