Por Thelma Elena Pérez Álvarez
Mientras Antonio Gramsci estuvo encarcelado por el fascismo italiano entre 1929 y 1935, escribió una serie de ensayos titulados Cuadernos de la cárcel, donde expresó una frase que retomo en su versión más popular: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”.
Esta frase se ajusta puntualmente al retroceso de los derechos de las mujeres que atestiguamos a propósito de crisis y claroscuros globales desde, al menos, la crisis inmobiliaria de 2008, la pandemia de COVID-19, la invasión de Rusia a Ucrania, el genocidio contra el pueblo palestino, desastres generados por el calentamiento global y crisis migratorias.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicó el informe Los derechos de las mujeres bajo examen, 30 años después de la declaración de Beijing, donde anunció que, a pesar de los avances logrados, 157 gobiernos de los 168 que la integran, comunicaron en 2024 que el retroceso en los derechos de las mujeres se manifiesta a través del incremento de la discriminación, el debilitamiento de la protección jurídica y los recursos que los gobiernos deberían asignar a programas e instituciones para el apoyo y protección de las mujeres.
El informe evidencia lo anterior a través de datos: cada 10 minutos una mujer o una niña es asesinada por su pareja o algún integrante de la familia, que únicamente 87 países han sido liderados por una mujer y, mientras la tecnología digital e inteligencia artificial reproducen estereotipos, la brecha de género digital limita las oportunidades de las mujeres.
También señala acciones pendientes para garantizar a las mujeres y las niñas mejores condiciones de vida, como: educación y derechos digitales, protección social integrada, cobertura sanitaria universal, servicios de cuidados, prevenir y erradicar las violencias machistas, conservar las cuotas de género, desarrollar planes nacionales para la paz y seguridad, asistencia humanitaria sensible al género y justicia climática.
El colofón de lo anterior, ocurrió en la apertura de la 69.ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer este 10 de marzo, cuando el Secretario General de la ONU, advirtió sobre un intento de desmantelamiento de los derechos y las libertades fundamentales de las mujeres. Asimismo, que el patriarcado ha vuelto con más fuerza, la misoginia se generaliza y esto puede observarse en los líderes felices de arrojar la igualdad a los lobos.
Así que, mientras el claroscuro permanece, será necesario continuar resistiendo a los monstruos que deciden aumentar el gasto en armamento y reducir presupuestos en educación, salud y pensiones. A los que privilegian los beneficios frente a las vidas de las trabajadoras, a los que no quieren reconocer las crisis de feminicidio y desapariciones. A los que no quieren reconocer su dependencia a la economía ilegal, a políticas de la muerte ni que sus ganancias radican en la explotación de las estigmatizadas, las más pobres y excluidas.
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