Por Valeria Moy y Andrea Cuétara
Está por terminar la primera mitad del año y la perspectiva económica para este es poco alentadora. En un mundo globalizado el conflicto entre dos países trae consecuencias para el resto. La guerra en Ucrania ha profundizado y prolongado los efectos de la pandemia y ha ralentizado la recuperación económica.
Esta semana dos organismos internacionales ajustaron sus pronósticos de crecimiento económico para el año, en estos la mayoría de los países sufrieron una baja en su perspectiva de crecimiento. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su reporte titulado “El precio de la guerra” redujo la estimación de crecimiento para el mundo en 1.5 puntos porcentuales y lo ubicó en 3% para 2022.
Es mucho más fácil hablar de porcentajes que hablar de niveles, nos permite entender las magnitudes un poco mejor, pero también las perdemos de vista. La economía global, al cierre de 2021, tenía un valor de casi 95 billones de dólares, sí, millones de millones, doce ceros. La diferencia entre crecer 4.5% o crecer 3% implica un valor no generado de alrededor de 1.4 billones de dólares.
La pandemia nos dejó clara la realidad del mundo globalizado en el que vivimos, pero la guerra de Rusia nos lo ha recalcado de forma costosa. Aunque la relación comercial que tenemos con los países en conflicto es menor (pero existente), la economía mexicana se ve directamente afectada a través de la estadounidense.
Los datos más recientes de crecimiento mostraron que durante el primer trimestre del año la economía mexicana creció 1% en su comparación trimestral, mientras que la estadounidense se contrajo cerca de 0.4%.
A partir de esta información la OCDE recortó la expectativa de crecimiento de México en 2022 de 3.3%, estimada en diciembre de 2021, a 1.9%. En el mismo sentido, la OCDE disminuyó la estimación para Estados Unidos en 0.8 puntos porcentuales y esperan que crezca 2.5% en el año. El Banco Mundial hizo recortes en la estimación de crecimiento para México y ahora esperan que el país crezca 1.7%.
La recuperación de nuestro país no ha sido homogénea. El consumo de bienes ya superó su nivel previo a la pandemia mientras que el de servicios aún se mantiene por debajo. El sector servicios representa el 63.3% del PIB y la recuperación de este sector ha sido más lenta. La inversión fija bruta se encuentra en niveles similares a los de 2014 con lo que se observa un retroceso de 8 años.
Alrededor del mundo los precios de las materias primas han sido fuertemente impactados, al igual que el precio de los energéticos. Además, las cadenas de suministro han sido afectadas y la recuperación de estas podría ser lenta como consecuencia de los más recientes cierres en China por rebrotes de Covid-19.
La tan esperada recuperación no llegará esté año. El crecimiento esperado para este 2022 no es suficiente para recuperar lo perdido por la pandemia y la pérdida –ligera– que se tuvo en 2019. Quizá el siguiente, si algunos pronósticos se confirman. El 29 de julio el INEGI dará información sobre la actividad económica del segundo trimestre del año, ¿habrá más recortes en los pronósticos?
Valeria Moy: @valeriamoy
Andrea Cuétara: @andicuets
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