Por Valeria Moy
Lo digo cada vez que puedo. Oaxaca es una de mis ciudades favoritas. Me encantan sus casas antiguas, su baja altura, sus pisos y sus calles. Hablar de su comida ya sería un lugar común: moles extraordinarios, chocolate y quesillos enredados. Así que no es ninguna sorpresa que aproveche cualquier oportunidad para visitarla.
En esta ocasión me invitaron a hablar de la economía mexicana y de la competitividad de Oaxaca en el marco de las Jornadas Universitarias organizadas por la Universidad Vasconcelos. Desde que llegué me lo advirtieron: tenemos un problema con los residuos sólidos. Visité Oaxaca hace tres meses. La ciudad que vi este fin de semana no tiene nada que ver con la que vi en agosto. No solo estaban llenos los basureros de las calles turísticas más transitadas, la basura se desbordaba y atraía a todo tipo de bichos. Del olor, mejor ni hablamos.