Document
Por Vivian Hunter

Una foto de un hombre guapísimo. No, más allá de guapo. Tan guapo que me enamoré en un instante. Ojos profundos, sonrisa perfecta, el porte de alguien que ha vivido el mundo. Camisa sport, canas confiables, barbita de dos días, 63 años y dueño de una empresa con un nombre imponente: Zenith Equipment. Me contó que nació en Hungría, estudió en Inglaterra y en 2019 se mudó a Estados Unidos. Era viudo desde el 2012, su esposa murió de cáncer de ovario. Después, tuvo una relación, pero le fueron infiel. Un hombre herido, buscando amor. Mi amor.

Su inglés escrito tenía un aire particular, algo encantadoramente imperfecto. Pero, en el momento, ¿qué importaba eso? Cada uno de sus mensajes era pura poesía. "Babe, although distance separates us, my heart beats for you...". Tan romántico, tan entregado, tan... ¿demasiado bueno para ser verdad?

No usaba la app de citas para comunicarse, sino que enviaba largos correos electrónicos, cartas digitales llenas de promesas y confesiones. Tierno.  En WhatsApp, me escribía todos los días, me llamaba, pero cuando intenté hacer una videollamada... nada. No contestó. Me pidió que bajara Skype, pero, curiosamente, la conversación en video nunca sucedió. 

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.