Por Yessica de la Madrid
El año 2025 se presenta como un periodo crucial para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió la Presidencia de México el pasado primero de octubre, con la promesa de consolidar la “Cuarta Transformación”, ideario político-social del expresidente Andrés Manuel López Obrador, que principalmente apuntala hacia un “nuevo centralismo”. Sólo que esta vez, ella lo hará con los adeudos de ese ejercicio del poder y con un panorama adverso en lo internacional, que podrían poner en jaque las ambiciones históricas de quien le precedió.
En enero de 2025, Claudia Sheinbaum asume de pleno el mando del gobierno, con presupuesto ya elaborado por su administración: 9.3 billones de pesos para atender el verdadero arranque de su gobierno.
Sin embargo, este arranque contempla varios desafíos. En lo político, los principales desafíos que enfrentará en el primer mes del año serán las peligrosas relaciones con los Estados Unidos, los retos de gobernabilidad en los estados de la República, pero, sobre todo, deberá hacer sentir su mano sobre Morena, su partido, quien es la base para el accionar de su mandato en el Congreso de la Unión, donde aún hay quienes creen que es López Obrador quien ordena.
La primera bomba a desactivar proviene de la relación México–Estados Unidos. La crisis del fentanilo, el narcotráfico y la migración indocumentada hacia los Estados Unidos convirtieron a México en el corazón de la campaña de Donald Trump, quien iniciará su administración el próximo 20 de enero. Trump continuará señalando a México como el principal culpable de los problemas que se enfrentan en su país, generando tensiones innecesarias. Como ejemplo basta un botón: las amenazas que desde noviembre de 2024 realizó al declarar que va a imponer aranceles del 25 por ciento sobre las exportaciones mexicanas si no se toman medidas significativas para frenar el flujo de drogas. Hasta el momento, la presidenta Sheinbaum ha sorteado estos intentos de sumisión con altura y firmeza.
Sin embargo, la seguridad pública es sin duda alguna uno de los mayores desafíos para el gobierno de Sheinbaum. La violencia y el crimen organizado siguen imperando en el país. Para abordar este desafío, el gobierno deberá invertir más en seguridad pública y fortalecer las instituciones encargadas de combatir el crimen organizado y la delincuencia común. Parece que, con el mando de Omar García Harfuch en la seguridad, la presidenta Sheinbaum tiene en claro que eso de “abrazos no balazos” nos ha costado muy caro a los mexicanos.
En el ámbito económico, Sheinbaum enfrentará retos significativos relacionados con el estancamiento de los ingresos presupuestarios federales y el endeudamiento creciente.
El Paquete Económico 2025, que incluye un presupuesto de 9.3 billones de pesos, prioriza programas sociales y proyectos de infraestructura, pero también enfrenta críticas por la falta de sostenibilidad en las finanzas públicas. La administración deberá encontrar un equilibrio entre la austeridad y la inversión en sectores clave como la salud, la educación y la seguridad para garantizar un crecimiento económico sostenible.
En la última consulta del Banco de México a los analistas privados sobre los pronósticos para 2025, se puntualiza que la estimación de la inflación general se ve en 3.80 por ciento al cierre del 2025. Sin embargo, en la estimación de expansión económica, sólo ven 1.12 por ciento del Producto Interno Bruto y un tipo de cambio de 20.53 pesos para el próximo diciembre.
En todo lo anterior juega un rol muy relevante la relación con los Estados Unidos. La próxima administración de Trump ha revivido planes de deportaciones masivas, la reactivación de la construcción del muro fronterizo, la militarización de la frontera y el nombramiento del futuro embajador, un militar en retiro, lo que sin duda buscará tensar aún más las relaciones entre ambos países. Además, las amenazas arancelarias y la revisión del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) en 2026.
Claudia Sheinbaum deberá mantener una diplomacia firme y proteger la soberanía de México mientras busca fortalecer las relaciones comerciales y de seguridad con su principal socio económico. Para ello, necesita del sector privado, sector lastimado por Morena desde 2018. Habrá que remendar lo roto.
El otro gran reto es la gobernabilidad; será un aspecto fundamental para el éxito de Sheinbaum. La desaparición de organismos autónomos ha generado preocupaciones sobre la eficacia y transparencia del gobierno, en México y con nuestros socios comerciales.
La administración deberá redefinir el marco normativo para garantizar que las funciones críticas de estos organismos sean asumidas por instituciones confiables. Además, la reforma al Poder Judicial, que incluye la elección popular de jueces y magistrados, crucial para democratizar el acceso a la justicia y combatir la corrupción, como se ha justificado desde Palacio Nacional, pasará a la prueba de fuego al transitar de lo escrito en las reformas a su traducción en los hechos.
Debemos estar alertas ante las señales. Ser prudentes en la proyección y ejecución del gasto, no sólo en lo gubernamental y empresarial, sino en los presupuestos de manutención de nuestras familias.
El arranque de este año será un periodo de grandes retos y oportunidades para el gobierno de Claudia Sheinbaum. Más allá de filias y fobias, por el bien de todas y todos los mexicanos, esperemos que las cosas salgan mejor de lo proyectado. La presidenta Sheinbaum tiene la oportunidad de construir un México más justo y próspero para todos.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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