Por Yohali Reséndiz
Ixchel Yadira había cumplido 37 años y el pasado 6 de julio fue vista por última vez en la colonia José Martí en Durango.
Durante once días fue buscada sin éxito porque nadie imaginó que el hombre con quien compartió la vida, Óscar “N” la asesinó y enterró en el rancho del padre del hoy feminicida.
Y aquí va de nuevo la pregunta que después de 19 años cubriendo feminicidios no he podido responder: ¿En qué momento un hombre decide asesinar a quien “ama o amó”?
¿Decide matarla porque ella no se sometió a su voluntad y al sentirse un fracasado en el sometimiento él decide acabar con ella? ¿Por qué la mata?
¿Sólo es sentir el poder de definir el destino de ella?
¿O cómo piensan que no es una persona sino una propiedad, un objeto pueden hacer lo que él defina?
¿Qué pasó, ella no obedeció, era muy rebelde, por eso los golpes en su cuerpo? ¿Los jalones de cabello? ¿Las marcas de los dedos en la garganta de ella mientras él apretaba tanto y al mismo tiempo le excitaba que ella suplicara por su vida?
¿Entonces era odio y no amor? ¿O era tanto amor que no la quería para nadie? ¿Ella se confió? ¿Él dejó de “mandar” en la casa, en su cama, en su cuerpo?
¿Hubo celos, celos que eran parte de la relación y se salieron de control? ¿Y luego qué? ¿Le cargó las culpas a ella? ¿Ella creció más económicamente y él se sentía minimizado? ¿Ella lo rechazó?
¿Hubo una o muchas “fallas” en ella? ¿Ella no puso límites? ¿Fue permisividad? ¿Silencio? ¿Sometimiento? ¿Falta de amor propio? ¿De ella, de él, de ambos? ¿Demasiado amor propio? ¿Rebeldía? ¿Desobediencia? ¿Dominación? ¿Qué pasó?
¿Ese fue el aprendizaje del poder?
¿A él le enseñaron en casa que las mujeres valen menos y que él bajo cualquier circunstancia ejerce el poder? ¿Por eso se sentaba en la mesa para que ella le sirviera la comida? ¿Por eso dejaba su ropa sucia? ¿Por eso no levantó ni un calcetín en casa?
En estos 19 años de cubrir feminicidios sigo sosteniendo que la clave está en la educación.
Se debe erradicar que a través de la educación, ellos aprendan a discriminar a las mujeres y aprender a mirarlas como personas más no como un objeto que les dé poder y ojo, la educación generalmente está a cargo de mujeres.
Conforme me adentro en cada carpeta de investigación concluyo que cada feminicida es construido desde la educación en casa y que lo demás solo son pruebas para poderlo enjuiciar.
Se quiera aceptar o no, la historia de cada mujer que perdemos nos enseña que a los feminicidas los construimos todos.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
Comments ()