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Por Yohali Reséndiz
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El pasado jueves 1 de agosto, un hombre fue abordado por dos sujetos a la entrada de su oficina localizada en Circuito Novelistas, Satélite en Naucalpan, Estado de México. 

Los hombres se presentaron: 

“Somos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación, queremos 10 millones de pesos a cambio de no levantarte y hacerte cachitos junto a tu padre”. 

La primera reacción del hombre amenazado fue un miedo paralizante, incertidumbre y a partir de ese momento los que lo abordaron tomaron su vida y lo convirtieron en rehén de varias llamadas sin poder hacer otra cosa más que escuchar y atender peticiones e indicaciones. 

“Queremos que nos entregues un vehículo en garantía para que no les pase nada”. 

De común acuerdo, padre e hijo decidieron cederles una camioneta y el lunes 5 de Agosto a mediodía, los hombres que decían representar al crimen organizado llegaron al centro de trabajo y antes de llevarse la camioneta hicieron otra petición pero esta vez al padre:

“Necesitamos por lo menos 500,000 pesos esperamos que lo entregues porque de lo contrario mataremos a tu niño“ Luego encendieron  la camioneta marca Infiniti modelo Qx70 no sin antes advertir: El viernes 9 de agosto queremos el dinero. 

Aquella semana de infierno, el teléfono móvil no dejaba de sonar, las amenazas del otro lado de la línea eran una constante: 

“Si no pagan le haremos daño a tu familia y a tú persona incluso a tus trabajadores”. 

El viernes 9 de agosto las víctimas trataron de aplazar la hora de entrega del dinero lo más que pudieron porque no lograron reunirlo y a las tres de la tarde, los hombres del Cártel Jalisco Nueva Generación se presentaron  en la oficina para recoger la cantidad exigida. 

El terror se había apoderado del padre y el hijo. No tenían la cantidad. Y ya no eran libres. 

¿A quién o a quiénes se recurre para ser salvados sin correr riesgo? Se preguntaban. 

El hijo estaba apanicado porque estaba seguro que aquellos hombres llegarían y entrarían y al darse cuenta que no habían reunido el dinero en su totalidad, les dispararían. 

Aún así, tomó fuerza y enfrentó la situación, salió a la puerta y sí, ahí estaban de nuevo aquellos hombres solo que esta vez le gritaron para luego amagarlo con un arma de fuego, sin saber que algún testigo llamaría al 911 y en esos segundos en el que el mundo estaba detenido en lo que él vivía ocurrió lo inesperado y llegó la policía estatal y ahí comenzó otro infierno. 

Segundos después, una lluvia de estruendos de armas accionadas.  

El joven y su padre, se agacharon y se pusieron a salvo y luego solo escucharon rechinidos de llantas que se convirtieron en una especie de eco con silencio (si es que eso existe). 

La persecución siguió hasta la conocida “zona azul” 

y luego de varios minutos  cinco integrantes de esta célula delictiva fueron detenidos. 

La detención fue legal y tras aportar todas las pruebas fueron vinculados a proceso y cuando ya se le veía el fin a la pesadilla la cara de la impunidad se asomó. 

La juez del fuero común con sede en el Estado de México, Flor Dávila Pastrana los dejó en libertad condicional (brazalete) a los cinco porque para ella no estaba justificada la prisión preventiva de oficio. 

Para la Juez Dávila Pastrana no bastó que se presentaran como parte del Cartel Jalisco Nueva Generación y extorsionaran a un par de mexicanos trabajadores y honestos. 

No bastó con qué a uno de ellos le disparara en tentativa de homicidio. 

No le bastó con el despojo de  un vehículo ni que dispararan  a muerte contra los policías. 

Porque para la Juez Flor Dávila Pasteana todo eso no era suficiente y decidió otorgarles la libertad condicional. 

“Si a la juez le ha dado también miedo cambiar la medida cautelar o le tiembla la mano para dejarlos en la cárcel queremos solicitar al Presidente del Poder Judicial del Estado de México que la dé de baja de nuestro caso y la cambie por quien tenga valor y la responsabilidad social suficiente no solo para prevenir el delito sino también para castigarlo. Como mexicanos exigimos que cambien la medida cautelar para que los integrantes de esta célula de criminales se queden en la cárcel y no estén en nuestras calles, ni en nuestras vidas otra vez” dice uno de ellos con la firmeza y valentía que se requiere para denunciarlo. 

El Presidente del Poder Judicial del Estado de México fue enterado que el padre y el hijo continuaron recibiendo llamadas que pudieron demostrar provenían desde el centro de reclusión en los que volvieron a ser centro de amenazas: 

“Tenemos a la juez puto, vamos para afuera y te vamos a dar en tu madre a ti y a tu familia” 

Lo anterior escrito en esta columna también ha sido del conocimiento de la juez de control. 

El 13 de agosto se llevó a cabo la audiencia inicial donde se revisó el control de detención y se volvió a determinar que fue legal. Luego se debatieron las medidas cautelares otorgadas por la juez Flor Davila Pastrana (libertad condicional con brazalete electrónico y firmas periódicas). 

Las llamadas desde dentro del reclusorio continuaban  “Vamos a salir y vamos por ti” y a la par se llevaba a cabo la audiencia de vinculación a proceso y se abrió el debate sobre la medida cautelar pero la juez Flor Dávila Pastrana continuaba arropando a los imputados al decir en una audiencia que no se tenía certeza de que los 5 imputados hayan sido ellos quienes hicieron la llamada. 

Los integrantes del CNGJ fueron vinculados a proceso y las amenazas fueron más directas, en el domicilio padre e hijo recibían escritos y a cualquier hora del día detonaban disparos en la puerta, situación que fue acreditada por la policía de investigación y los criminólogos en el caso. 

Ello permitió aperturar una revisión de medida cautelar porque habían cambiado las circunstancias, sin embargo,  la defensa de los imputados dejó en claro:  “Tenemos un amparo en contra de la medida cautelar del brazalete electrónico, en contra de la de la vinculación a proceso, en contra de una supuesta tortura y la negación de atención médica por lo tanto este juzgado de control, -sostuvo el abogado- ya no es competente para conocer de la situación jurídica de mis representados” reiteró el mismo abogado defensor de los imputados y mostró el acuse de recepción del amparo y aseveró bajo protesta de decir verdad que el hijo tenía una suspensión otorgada sobre los agravios. 

Una vez más, la Juez Flor Dávila Pastrana a pesar de tener en ese momento las herramientas para revisar por medios electrónicos la situación actual de dicho amparo y constatar si efectivamente había un acuerdo de admisión y un acuerdo de suspensión y en qué sentido, NO revisó absolutamente nada y creyó de viva voz al abogado defensor sin mostrar ningún dato de prueba más que un acuse de recepción de amparo y Dávila Pastrana dio por terminada la audiencia sin tampoco valorar las balas en el domicilio ni la carta diciendo: 

“Voy a matarte”. 

Aquel día negro para las víctimas, su defensa presentó un escrito para acreditar personalidad como tercero interesado en el amparo y así, descubren que el Juzgado 13º de segundo circuito  tenía admitido el amparo de forma parcial y no total, es decir, únicamente admitieron el amparo y se otorgó una suspensión por lo que hace a la tortura y a la atención médica, más no admitieron el amparo y no lo sometieron estudio por lo que hace a la vinculación a proceso y la medida cautelar, por tanto, no se podía participar en el amparo que ni siquiera estaba admitido. 

Aún así Flor Dávila Pastrana violó el derecho de proteger la vida de dos personas, la del padre e hijo víctimas de extorsión mediante la justicia y el acceso a ella. 

Decididos a no tolerar una injusticia más acudieron a las puertas del poder judicial del Estado de México dónde fue recibido correcta e impecable y gracias a contar y demostrar de primera voz, hubo un cambio de juez quien valoró conforme a derecho los datos de prueba que se presentaron anteriormente y determinó que eran más que suficiente otorgar la prisión preventiva justificada porque mediante el test de proporcionalidad se valoró que la libertad de los imputados no está por encima de la vida de las víctimas. 

¿A cuántos criminales más, la juez Flor Dávila Pastrana ha dejado en libertad condicional? 

¿A cuántos más mantiene en la calle mientras las víctimas arrinconadas pierden todo ... hasta la cordura?.

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@yohaliresendiz

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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