Por Yohali Resendiz
Se cumplen 10 años de una muestra milimétrica del poder del crimen organizado y su vínculo con funcionarios de gobierno, donde 43 es el número oficial de desaparecidos y aún no localizados.
Una década ha pasado desde el ataque directo, sangriento y brutal contra 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero.
Hoy, también es necesario exponer que se cumplen 5 años de otra muestra: la imperante necesidad de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, de sistemáticamente humillar, sobajar, exhibir y reducir a la nada a sus adversarios u opositores. El centro de su rabia oculta, en septiembre de 2019, fue la figura de Enrique Peña Nieto, ex presidente de México.
¿A qué me refiero? A una fotografía captada hace 5 años en Palacio Nacional que bien podría llevar como pie de foto: “La vergüenza histórica de Andrés Manuel”. Esa imagen guarda la mirada burlesca, altiva y humillante de López Obrador, posando junto a un rostro de duda de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos.
Así que sí, también se cumplen 5 años de una fotografía que encierra otro escenario de Ayotzinapa y que fue planeada con varios objetivos:
1. Utilizar a conveniencia la imagen de los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
2. Mostrar al mundo que Andrés Manuel sí era el estadista con la “calidad moral” de estar flanqueado y respaldado por los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, en un gesto de “respeto y confianza”, porque “ellos” —Andrés Manuel y Alejandro, a diferencia de Peña Nieto— sí darían resultados en las investigaciones.
Y porque, claro, había dudas y desconfianza, señalamientos y traiciones exhibidos, y la acusación directa a quienes, en lugar de dar verdad, ofrecieron falsedad.
Así, el expediente “Ayotzinapa” está repleto de revelaciones, de nombres y apellidos que ya no sorprenden, y da cuenta de los vínculos y la (in)capacidad de no recuperar ni cuerpos ni verdad de los hechos. Con ello, se exhibieron dos gobiernos: el priista, por reconstruir en base a la mentira, y el morenista, por mentir en base a la reconstrucción. Ambos iguales. Ambos sin resultados. Ambos gobiernos fallaron con sus fiscales, haciendo lo que han hecho sexenio tras sexenio: ser corruptos y arropar al narcotráfico.
Ambos gobiernos encontraron una verdad incómoda y prefirieron hacer lo de siempre: ser omisos.
El caso Ayotzinapa le dio una lección al presidente Andrés Manuel: con todo y la Comisión que creó, con todo y la fotografía rodeado de padres, con todo y su mirada soberbia mirando a la lente, tampoco dio justicia ni resultados.
Así que Andrés Manuel le ha quitado a Peña Nieto la mitad no de una verdad, sino de una vergüenza histórica.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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