Por Yohali Reséndiz
En este país existe un pequeño grupo de abogadas madres y abogados padres que defienden a violadores. Y se entiende que la justicia para aquellos o aquellas que son señalados por agresión sexual cuenten con una defensa pero, ¿ en qué momento tuercen la ética a pesar de que las pruebas aportadas por la víctima son verificadas mientras que ellos alargan los juicios y defienden lo indefendible con tal de cobrar sumas importantes de dinero para ocultar la verdad?.
¿Cuántos de esos abogados y abogadas defienden a sus clientes sabiendo que son culpables?
¿Sólo es el dinero que no tendrían si defendieran víctimas y no culpables?
¿Y si el sistema de justicia penal se basa en probar la evidencia por qué al comprobar lo que aportan las víctimas y demostrar que son culpables siguen protegiéndolos?
Es más, está bien que tengan una defensa, lo que reprobamos es la persecución encarnizada a las víctimas, para destrozarlas, anularlas, para que desistan en la búsqueda de justicia.
No hay nada más indignante que saber que las víctimas que se atreven a denunciar valientemente violencia sexual infantil, son presionadas, perseguidas o silenciadas por los violadores, a través de abogados sin escrúpulos y jueces indolentes y corruptos.
En México no solo hemos alcanzado los niveles máximos de violencia, también están los vergonzosos primeros lugares del mundo en violencia sexual infantil y es que todos los agresores encuentran la protección de las autoridades a todos los niveles y ellos siempre salen bien librados, gracias a su poder económico, vínculos políticos o artimañas jurídicas, mientras que las víctimas atraviesan el mismísimo infierno, denuncias en su contra, persecución e infinidad de consultas con psicológos y psiquiatras, que dicho sea de paso, el porcentaje es mínimo de quienes pueden solventarlo.
Porque en este país violar desde el poder se ha convertido en una constante, muy probablemente gracias a nuestro silencio cómplice.
El indignante caso del Ex Magistrado Violador, quien se atrevió a violentar a sus propias hijas, lo hemos comentado una y otra vez, pero su desvergüenza no conoce límites y siempre hay una nueva versión de episodio o pesadilla por evidenciar.
Hace un par de semanas, Mariel Albarrán, mamá de las pequeñas, recibió una notificación donde le hacían de su conocimiento una demanda por pérdida de patria potestad, sí, leyó bien, el pederasta solicitó que las menores a quien él violentó sexualmente, le sean entregadas, porque aunque reconoce la sintomatología de abuso sexual en sus hijas, dice que es producto de su imaginación y la mala praxis de TODOS los especialistas públicos y privados que las han valorado.
Sí, según él y sus peritos comprados, las niñas han engañado por más de 5 años a cuanto especialista han conocido y aunque todos confirman la violencia sexual, solo los peritos privados, pagados por Manuel Horacio Cavazos López, afirman - sin haber visto a las niñas una sola vez- que ellas mienten, hasta videntes nos salieron.
Se necesita no tener madre, para contratar a una apoderada legal para limpiarle el nombre y que le permitan seguir violentando.
Además han solicitado que Mariel Albarrán sea valorada por peritos psiquiatras y de verdad, cada párrafo de esa infame demanda deja patente la misoginia de Cavazos López, pero también la de su abogada, quien se atrevió a mencionar una tragedia, revictimizando aún después de la muerte a una madre que luchó hasta el final para proteger a sus hijos, pero la cadena de omisiones y negligencia a la que se enfrentó, la obligó a tomar una lamentable decisión antes que entregar a sus hijos a un violador.
Y en este caso, como en la mayoría, los únicos responsables son aquellos que le dieron la espalda, anulando la voz de sus hijos y con ello, le cerraron la puerta del acceso a la justicia.
Cavazos López se atrevió a solicitar medidas de protección porque teme por su vida y también exige silenciar a Mariel para que no comparta su caso ni exija justicia en la plataforma “X” y otros medios de comunicación, violando su derecho a la libertad de expresión y no solo eso, Cavazos López solicitó una alerta migratoria para que las víctimas no salgan del país, medidas que les fueron negadas a las víctimas hace años.
La pregunta para Rafael Guerra Álvarez es, ¿Hasta cuándo seguirán los atropellos en el Poder Judicial de la CDMX para las hijas de Mariel Albarrán?
Somos ya varios medios de comunicación que estamos pendientes del caso, ¿o también nos silenciarán?
Las Recomendaciones de derechos humanos no son llamadas a misa y muestran el cúmulo de errores.
La otra pregunta es porque la Fiscalía y el Poder Judicial de la Ciudad de México siguen protegiendo a Cavazos, cuando el asunto ya está en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, instancia que ha notificado a Mariel y a sus hijas que han solicitado información al Estado mexicano.
En esta ciudad el ex magistrado violador sigue siendo investigado, con los años sus hijas revelaron amenazas de muerte y muchas agresiones más, quizá por eso la desesperación e insistencia en llamarlas mentirosas.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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