Por Yohali Reséndiz
Quienes conocen de cerca a Cuauhtemoc Blanco saben que tiene una capacidad asombrosa de victimizarse, la cuál se ha convertido en su principal virtud política.
Y así…Se quejó con Andrés Manuel López Obrador y con Adán Augusto López.
Ahora Cuauhtémoc se queja con la presidenta Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Rosa Icela y convierte a sus detractores como los responsables de todo lo que le sucede.
Se quejó de quien lo llevó a Morelos, los hermanos Yáñez; de quien lo cobijó y a quien después convirtió en su villano favorito: Graco Ramírez.
Después de Rabindranath Salazar Solorio, quien ya era candidato a gobernador por MORENA y para que el Partido Encuentro Solidario participara con AMLO, fue sacrificado.
Para Cuauhtémoc, todo lo que pasaba en Morelos era culpa de Rabin, como se le conoce en ese maravilloso estado.
Después el gran villano y culpable de que Cuauhtémoc Blanco ya no trabajara y no diera resultados era Uriel Carmona, el Fiscal de Morelos. Y más adelante, cuando Hugo Eric Flores Cervantes rompió con él de manera pública, el responsable de que no pudiera trabajar políticamente es precisamente quien lo convirtió en Gobernador de Morelos.
Cuauhtémoc Blanco, siempre se hizo la víctima, ahora nuevamente dice que lo es. “Lo agarran de piñata” a quién es “humilde y una gran persona” y que jamás ha hecho nada más que “ayudar” porque porque “él es buena gente”.
Pero nada es para siempre y ahora su nueva villana tiene rostro de mujer, me refiero a la Gobernadora Margarita González Saravia a quién todo el tiempo minimizaba públicamente desde que fue su Secretaria de Turismo. Lo increíble es que López Obrador con su capacidad política le creyó, o no quiso mover nada para no enterarse de lo que todo el desastre que ocurría en Morelos.
Esperemos que la Presidenta Sheinbaum no le crea.
Cuauhtémoc Blanco es un victimario disfrazado de víctima.
Porque además de ser señalado como corrupto e inepto, es señalado como acosador, violentador y agresor de mujeres, Cuauhtémoc Blanco, el victimario que se siente víctima.
Así que cuando escuchamos decir que “es buena gente porque siempre ayuda” los y las morelenses lo dudan pues esa no es su historia política. Hundió a Morelos, jamás lo ayudó.
Nunca ayudó a los que le ayudaron, al contrario siempre los eliminó, trató de borrarlos porque además quienes le conocen lo señalan de tener una especial manera traidora de ser, hace que todos se peleen con él.
Cuauhtémoc Blanco está acostumbrado a utilizar a la gente y a que los que están a su alrededor sean tapete pregonando por todos lados que “él, es buena gente”.
Y así, aquello que era importante que era ayudar a la gente a través de los cargos públicos que ha tenido, a los que gobernó, jamás ocurrió.
No existe antecedente de su ayuda, sólo a los de su círculo de incondicionales.
No existe precedente, de ayuda del que dice que es “buena gente”, y que abusan de él.
“Es un psicópata que engaña con su cara de yo no fui, que va chillando por todas las oficinas públicas que le abren sus puertas”, me dice un ex colaborador.
“Se la pasaba pidiendo que le quitaran a la gente que según él no lo dejan trabajar, terminé asqueado”, dice otro ex colaborador de su gobierno.