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Por Yohali Resendiz

He entrevistado a poquisimas sobrevivientes de “feminicidio en grado de tentativa” y todas coinciden que el dolor y la duda las obligó a quedarse y soportar violencia. 


Otras asocian que “continuar en ese ciclo de violencia” fue debilidad, falta de límites  y poco amor propio”


Y esas, han sido las bases para plantear la pregunta en otro feminicidio más: 


¿Qué fallaba dentro del hogar para llegar a una historia de terror en la que una mujer y sus dos hijos terminan así?


Y hoy, amables lectores, les comparto la historia de Astrid de 38 años y sus dos hijos, Ángel de 15 años e Isabela de 9, la única sobreviviente.


Y me pregunto, ¿por qué, por qué no enseñar protocolos de actuación en las escuelas y así poder evitar las tragedias de perder la vida a manos del verdugo al que se ama o se amó? 


El pasado lunes 3 de marzo, la noche había caído, cuando en un hogar en Zapopan, Astrid de 38 años y su hijo fueron asesinados a golpes con un martillo, por Eduardo “N” de 49 años, pareja de ella, hoy prófugo. La pequeña sobrevivió pero aún la reportan de gravedad.


Al conocer la historia lo primero que me pregunté fue: ¿Qué explicación le darán a Isabela cuando despierte y entre a otra pesadilla?  ¿Cómo va a superar ese dolor? 


Y si, sí, los primeros días todos estarán a su alrededor la autoridad estará presente y atenta a que nada le falte (aunque ya le falte lo más valioso). 


Pensé también que el gobierno estatal giraría la instrucción para que a través de las instituciones se cuente con atención médica y psicológica y claro, jurídica pero una vez que pase el luto para la familia de Astrid, para Isabela, vendrá el duelo de los que sobreviven a un tragedia de haber perdido a la persona que más amaba a manos de su pareja. 


¿Cómo se olvida un crimen aunque pasen los años que pasen …? ¿No se perdona ni olvida? 


Tenemos que entender que cuando se pierde a una hija, hermana, madre, amiga, conocida o ciudadana por violencia de género, las respuestas son inciertas y el dique que se carga es por el resto de la vida. 


El luto pasa pero el duelo se ancla al corazón.


Y lo de casi siempre…Astrid había decidido irse, dejarlo ... estaba en plena mudanza y el destinó la ancló por alguna razón. 


¿Qué carajo importaban las cosas materiales cuando ya se había tomado una decisión? 


¿Qué importaba más que la vida propia y la de sus dos grandes e infinitos amores? 


Astrid decidió tomar tiempo de ese destino para hacer una mudanza y al final, todo quedó allí adentro, aquellas cosas materiales y los cuerpos de ella y sus hijos. 


El amigo que le prestó la camioneta perdió contacto con ella antes de la medianoche.


Cuando llegó la policía de Zapopan al asomarse a la  ventana de la vivienda escucharon “gemidos y lamentos”. 


Los reportes indican que la policía llamó al Ministerio Público del Centro de Justicia para la Mujer y Protección civil para abrir la puerta. Otra vez, llegaron tarde. 


A la 01:55 horas (dos horas y 20 minutos después del reporte) fue tarde, Astrid yacía sin vida y maniatada junto al cuerpo de su amado Ángel y la pequeña Isabela muy grave. 


¿Y la Fiscalía? Ah sí, ellos llegaron después de las cuatro de la madrugada… 


Ha trascendido que el presunto feminicida, ex pareja de Astrid, Eduardo “N” no es el padre de los pequeños… 


Y ahí, amable lectora y lector, ¿qué pregunta le llega a usted a la mente? 


Eduardo “N” hoy está prófugo, quizá arropado y cobijado por la familia, como han hecho otras familias de feminicidas a pesar de mirar, escuchar, leer y conocer del horror que hicieron con las manos.


Los medios que han publicado el caso, aseguran que se trata de un consultor internacional experto en seguridad, inteligencia, defensa y terrorismo e impulsor de la fundación Unidos por Nuestros Policías (aunque no tiene antecedentes como uniformado)sic. 


¿Acaso los títulos importan cuando se convierten en feminicidas? 


Además trasciende que Eduardo “N” estaría ligado al feminicidio de otra novia de nombre Martha Berenice Melchor en 2004, en Culiacán, Sinaloa de donde es originario. 


¿Y por qué no está en la cárcel? 


¿De quién es la responsabilidad de que hombres como Eduardo “N” pululen después de un crimen y tengan la oportunidad de formar un hogar con otra mujer y también arrancarle la vida? 


¿Quién comienza el círculo de violencia contra las mujeres? ¿En estos ciclos que se repiten, quienes participan? ¿El Estado? ¿La policía? ¿La familia? ¿El agresor? ¿La víctima? ¿Los jueces? ¿Quién es quien comienza este círculo? 


En publicaciones periodísticas se lee que tras cometer el feminicidio de su primera novia,  se fugó en 2006 y fue recapturado en Guadalajara, pero ¿por qué está libre? 


Y así…. Se acerca otra marcha masiva del 8M en México. 


Una marcha en la que los niños y las niñas no tienen en sus aulas un protocolo de cómo no convertirse en víctima o victimario y sus consecuencias. 


Y así, será otra marcha de dolor sufrido y sentido y qué más, ah sí gritos y hermandad y lucha y consignas y pintas ¿y qué más? ¿Qué más? Ah sí, abrazos y besos, llanto compartido y sonido de tambores ¿y qué más? Ah sí, la burla latente de los feminicidas que miran como lobos a corderos (las mujeres) marchando por las que están y las que nos arrebataron…. 


¿Y qué más? Ah sí, un año más sin realmente lograr un consenso entre nosotras de integración y organización porque todavía hay resquicios entre nosotras que no nos permiten avanzar y llegar TODAS juntas hasta la meta final que es llegar vivas al destino de cada una. 


Disculpen si escribo así pero un año algún día, deberíamos ya NO salir a marchar y mejor quedarnos en casa de una amiga y hablar y escuchar y abrazar y salvar a quien quizá el siguiente año esté en riesgo de perderla. 


Reunirse cada mes, hacer un chat entre las amigas de emergencia, tener una palabra clave, y llegar todas cuando se decida a denunciar y decirle, deja todo, que ya lo recuperarás. 


Hacer un fondo disponible para sacarla de ahí mismo y que no tenga ninguna otra preocupación más que tomar a sus amores y seguir siendo guardiana de sus vidas. 


Convertirnos en luz, ser plataformas para que en otro lugar encuentre trabajo y atención psicológica y respaldarla… respaldarla…. respaldarla…. 


Este año, no marcharé porque me rehúso a seguir escribiendo sobre feminicidios y sobre eso que las detuvo: cosas materiales que las amigas organizadas pueden conseguir. 


Somos todas tan poderosas juntas pero vamos casi siempre solas… 

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.