Por Yohali Reséndiz
En la cámara de la tienda Coppel del Centro Histórico de Durango quedaría registrado que a las 11 de la mañana del Domingo 12 de Mayo, un joven (hoy identificado como Dante Yahir “N” ingresa a la tienda).
Ya adentro, sube al primer piso por las escaleras y da algunas vueltas por la zona de los baños.
13:00 horas
“El baño estaba ocupado y como ya se habían tardado mucho toque la puerta. Nadie me respondió así que trate de abrir pero la puerta tenía seguro. Entonces escuché un ruido y luego de unos minutos la puerta se abrió y salió un joven alto con heridas en la cara, tenía sangre en los brazos y cuello y una tela que le envolvía la cabeza. Él salió aprisa y yo entré a los baños cuando me llamó la atención el goteo de la sangre y en uno de los baños estaba tirada una mujer pero cuando me acerqué, ella estaba muy lastimada. Empecé a gritar que detuvieran al joven alto y que me ayudaran” refiere la testigo, trabajadora de la tienda Coppel.
“Comenzamos a preguntar por nuestras compañeras y luego ya supimos que se trataba de Liliana” dice otra empleada de la tienda.
Lo impensable ocurrió…una mujer sin vida dentro de la tienda Coppel localizada en el Centro Histórico de Durango.
Testigos que merodeaban dentro de la tienda aseguraron que al (chocar) mirar al joven con sangre en la cara le preguntaron si necesitaba algo. Él respondió que no y salió a prisa.
Hasta el lugar llegó una ambulancia de la Cruz Roja mientras que la policía acordonaba la zona.
Los paramédicos que entraron corriendo confirmarían que Liliana había muerto mientras que la policía de investigación arrojaba en una primera línea que se trataba de una muerte violenta, un feminicidio.
Minutos más tarde, esto ocurrió:
-Si, en el Parque Guadiana en la entrada. Ahí te veo en un rato.
-¿Pero cómo te voy a reconocer? Ah ok, tatuaje de dados en la cara ok. Ahí te veo en un rato.
Un joven alto con la cara lastimada con rasguños profundos en cara, cuello y brazos (colgó y le dijo a su amigo: es que se lo voy a vender -refiriéndose al celular que el amigo miró que tenía una funda transparente con un billete aprisionado de 500 pesos.
-Por favor guárdame ésto, dijo Dante a su amigo quien un tanto desganado recibió una bolsa que no pesaba mucho.
El amigo lo conocía del restaurante donde Dante había sido mesero, no la estaba pasando bien, incluso no le preguntó por las heridas de la cara, sabía que lo habían corrido de su casa y que ahora vivía y dormía en el Parque Guadiana. Lo que sí, es que el amigo notó a Dante raro, drogado es la palabra.
No había pasado ni una hora cuando el amigo escuchó las noticias: “Un hombre entró a la tienda Coppel del Centro Histórico de Durango a golpear, violar y asfixiar a su víctima, se trata de Eva Liliana Montelongo Hernández, empleada del lugar desde hace 4 años. La policía ha acordonado la zona y está buscando al presunto responsable de este horrendo crimen”
Un dolor en el estómago lo llevó a hurgar en bolsa que le había dado a guardar Dante, al abrirla sacó un pantalón de mujer medio húmedo con manchas y luego al piso cayó una credencial con el logotipo Coppel y un nombre: Eva Liliana Montelongo Hernández. El amigo vomitó y luego habló al 911.
La policía buscaba al hombre con un tatuaje de dados.
Hay que decir que la policía de investigación solicitó a través de un ministerio público los vídeos a la tienda sin embargo, los responsables no querían aportarlos y tuvo que imponerse la obligación jurídica por parte de la autoridad.
Representantes de la tienda se apresuraron para ofrecer a los deudos 100 mil pesos para evitar cualquier demanda. Y luego procedieron a limpiar el baño porque había que abrir al siguiente día. Las ventas son primero.
La indignación creció entre las y los duranguenses pues el lunes 13 de mayo, la tienda Coppel del Centro Histórico de Durango abría sus puertas como si nada, la venta es primero….No importaba que una de sus empleadas hubiera sido asesinada, al final los baños ya habían sido limpiados.
La indolencia gubernamental se presentó en el cuerpo y voz del gobernador de Durango, Eduardo Villegas cuando expresó frente a los medios de comunicación que “era un tema entre dos personas y que no era un tema de seguridad pública y eso no tiene que ver con la incidencia delictiva”
Escucharlo fue tan ofensivo para las y los duranguenses que de inmediato comenzaron a arremolinarse afuera de la tienda para protestar por lo mismo de siempre: indolencia
La protesta habían acordado grupos feministas que sería silenciosa y que tenía como finalidad la de recordar a Lili a través de un altar con las veladoras y flores que llevaran las y los ciudadanos pero se salió de control cuando un hombre rompió los vidrios y la tienda fue incendiada.
Coincidentemente, la Fiscalía de Durango informaba en un boletín de prensa sobre la detención del presunto responsable: Dante Yahir “N” de 20 años quien narró con total desparpajo cómo le arrancó la vida a Eva Liliana Montelongo Hernández
“La seguí al baño, la sometí, la golpeé, violé y asfixié”, después de eso fue recluido en el CEFERESO 1 de Durango y casi 48 horas después del crimen que cometió fue sentenciado a 59 años, 11 meses y 29 días de cárcel.
Una sentencia pronta y expedita en un país en el que regularmente los jueces protegen a los agresores de las mujeres.
En Durango la fiscalía general de justicia está a cargo de Sonia Yadira Fragoso De la Garza, una fiscal que no ha dado tregua a quienes cometan delitos sexuales o violencia contra la mujer.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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