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Por Yohali Reséndiz
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Hace un par de meses, denuncié que un niño de 2 años 3 meses fue drogado con Diazepam por su maestra para dormirlo, lo anterior ocurrió dentro del colegio Graham Greene ubicado en Manuela Sáenz 25, Coapa, Presidentes ejidales primera sección en la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México.

Después de esa denuncia, un par de ex maestras me contactaron por el correo periodismoatodaprueba@gmail.com y ambas (no las entrevisté juntas) tuvieron una conversación conmigo.

“Soy una ex trabajadora de esa escuela y antes del incidente de Balam “N” debo confesar que existieron condiciones peligrosas para las niñas y los niños y además nuestras condiciones de trabajo siempre fueron muy injustas”, me dijo una de ellas.

Este colegio ha prometido entre otras cosas a los padres de familia de hijos con necesidades diferentes, monitoras individuales, sin embargo, “las monitoras no atienden a un solo niño y quedan desatendidos, eso es sólo para atraer más clientes, a veces cuidábamos a 5 o 6 niños”.

Las entrevistas a ambas ex trabajadoras reflejaron que son una mentira las condiciones que promete la escuela sobre el cuidado y educación de los niños con capacidades diferentes.

“Hace unos meses, en la escuela llevaron a cabo labores de construcción en horas de clase y a pesar de las advertencias de las maestras sobre el estrés provocado a los niños autistas al estar expuestos a ruidos fuertes durante la jornada escolar y hubo afecciones a vías respiratorias que presentaron niños y trabajadores por respirar el polvo de la construcción”, pero eso no es todo, el ambiente de trabajo que ofrece a los trabajadores de la escuela siempre ha sido el mismo: maestras y directoras renuncian constantemente y los  descuentos injustificados a los salarios de los trabajadores es el pan nuestro de cada quincena.

“Incluso hubo abogados contratados por la directora Edna para despedir a varios trabajadores y algunos no recibieron una quincena de trabajo sino les pagaron hasta la siguiente, otros no tuvieron pago y les atrasan las quincenas”

Pero eso no es lo grave, lo grave es que ambas profesoras aseguran que dentro del colegio se realizan rutinariamente rituales santeros en los que degollan animales y emplean su sangre.

La decadencia de algunas instituciones educativas está a flor de piel y a pesar de las denuncias periodísticas, la autoridad educativa sigue siendo un florero.

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@yohaliresendiz

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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