Por Yohali Reséndiz
Hablemos de un tema que debe ocuparnos como sociedad, el día del niño y de la niña. Y sí, otra vez hay que incomodar a quienes se empeñan en traer una venda en los ojos y un candado convenenciero en la boca.
Pongamos sobre la mesa el doloroso delito: abuso sexual infantil que es parte de la realidad de la humanidad y ocurre en todos lados: en los hogares, en los Cendis, escuelas públicas, colegios, en todos los estratos sociales… y claro en la iglesia que no queda libre de esta acción tan ruin y deleznable.
Escribir sobre abuso sexual infantil es escribir sobre victimas y victimarios. Es abordar el dolor de quienes han sido faltados al respeto y les han roto el alma y a quién no solo se debe buscar resignificar la honda herida que se deja en ellos, en ellas… las infancias, “el futuro de esta gran nación” -pregonan los políticos-, sino pactar entre nosotros “los adultos”, que eso no le ocurra nunca jamás a ningún niño y ninguna niña de este país.
Por eso, les invito a que si conocen de algún caso donde estén abusando o hayan abusado de algún niño o niña, me escriban a periodismoatodaprueba@gmail.com y denunciemos juntos, juntas.
Quiero invitarlos a que demos valor a las denuncias valientes de los niños que señalan a quien los ha herido, denunciemos a los jueces o ministerios públicos corruptos, a los abogados y a los tribunales insensibles y omisos, a aquellos que dejen en libertad a los agresores sexuales sean la madre, la abuela, el abuelo, el padre, el padrastro, un primo o un sobrino, eso qué más da, al final son agresores…
No podemos continuar evadiendo que es responsabilidad de todos: el abuso sexual infantil. Un delito que en este país, de cada mil denuncias solamente cien llegan ante un juzgado y sólo una tendrá una sentencia.
No podemos continuar pensando que si no es nuestro hijo o hija eso no importa, tampoco si ocurrió en el lugar donde no están sus hijos. El abuso sexual debe parar y cuando estemos lo suficientemente unidos entonces sí podremos decir feliz día del niño y feliz día de la niña.
Las cifras de organismos dedicados a la niñez en nuestro país nos dicen que tres de cada cuatro niños de 2 a 4 años -es decir, en la primera infancia- son abusados con castigos corporales y violencia psicológica ejercida por los padres, tutores, cuidadores. Una de cada cinco mujeres adultas y uno de cada 13 hombres adultos admitieron ser víctimas de alguna agresión sexual entre los 0 y 17 años.
Señoras, señores: fájense ya los pantalones, ajustémonos las faldas y cerremos de una buena vez por todas al abuso sexual infantil. Soltemos el vergonzoso primer lugar en abuso sexual infantil en el mundo.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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