Por Yohali Reséndiz
En este país, existen miles -y no exagero- de víctimas de violencia sexual defendiéndose de las acciones canallas de servidores ciegos y sordos que todos los días los obligan a hincarse y clamar justicia.
Todos los días enfrentan la falta de protocolos e impartición de justicia para que sus violadores tengan una sanción real y efectiva.
Muchos de los jueces no aplican un juicio crítico y objetivo.
Y aún como sociedad no somos respetuosos de sus procesos ni solidarios con las víctimas pues no hemos encontrado la forma de organizarnos como ciudadanos y ciudadanas para exigir junto a ellos justicia e impunidad.