Por Yolanda Morales
Una madre es una defensora nata, justiciera. No hay noche, no hay día que no luche, que no trabaje, que no se enfrente, que no cuide, que no propague, que se rinda. Eso es Socorro, la mamá de Alina que salió libre tras ser sentenciada a 45 años de prisión por haber asesinado en defensa propia a su agresor, que también era un ex policía en la ciudad de Tijuana.
A la señora Socorro la conocí hace varios meses: quedamos para vernos cerca de la taquería donde trabajaba como mesera. La segunda vez que la ví, en un parque, llevaba fotos, papeles, cartas de Alina, esa hija que estaba lejos de ella.